Melide fue y es un lugar clave en el Camino de Santiago. Los caminos de Santiago, en especial el llamado Camino Francés, han hecho posible Europa y el florecer de las artes y de la cultura en el medievo. Factor esencial en el desarrollo y diversidad del arte en Melide y su Comarca fue el continuo fluir de los peregrinos que se dirigían hacia Santiago a través del Camino Francés y del Camino de Oviedo que en la villa confluían. El Camino entra en la Provincia de A Coruña por Melide, concretamente a través de la hermosa aldea de O Leboreiro. Camino hecho, labrado por pies de devotos peregrinos, por la herradura de recuas que transportaban inquietos aventureros, negociantes de todo tipo. Un Camino de ayer, de hoy y de siempre. Este testimonio de pasado, del existir en el tiempo, deja su constancia de formas muy diversas en Melide. El devenir histórico de Melide y su Comarca no se puede desligar de un hecho transcendente: el ser atravesada la villa y sus pueblos por el Camino de Santiago. Esta circunstancia influyó en el nacimiento de nuevas poblaciones y en el desarrollo económico, urbano y artístico de la zona, donde se construyeron iglesias y hospitales para que los peregrinos cuidasen tanto de sus almas como de sus cuerpos. Pero no era el Camino Francés la única vía usada por los peregrinos, puesto que a Melide llegaba otra ruta que procedía de Oviedo. Gran parte de la importancia histórica de Melide procede precisamente de su condición de cruce de caminos. Un itinerario turístico siguiendo el Camino de Santiago en su trayectoria por Melide nos revela que este atesora manifestaciones artísticas únicas en Galicia, como por ejemplo la reja de hierro de la iglesia de Santa María, labrada en una desconocida herrería en fecha cercana al 1200. El itinerario podría empezar por la aldea de O Leboreiro, con sabor medieval, con una iglesia del siglo XIV y un hospital antiguo. La iglesia tiene una portada con un hermoso tímpano con la Virgen y el Niño, pinturas murales y arco triunfal apuntado. El lugar también conserva tramos de la primitiva calzada medieval hasta el río Seco, que se salva por un antiguo puente de un solo arco, que para algunos estudiosos es de época romana. Continuando el recorrido hacia la villa, llegamos a la aldea de Furelos, de origen muy antiguo, según Felipe Arias Ponte Furelos pudiese ser la ubicación de la Mansión Brevis de la Vía XIX de Braga a Astorga. En la aldea, de estructura medieval, destaca el puente de origen medieval, uno de los más hermosos del Camino, que ya aparece citado en el Códice Calixtino, a mediados del siglo XII, que está formado por cuatro arcos desiguales, con la calzada alomada y gruesos pretiles, y la iglesia, que se encuentra a la orilla del Camino de Santiago, que la bordea por el sur y el oeste, rehecha en el siglo XIX, conserva restos importante medievales. Entrando ya en la villa, el viajero descubre pequeñas joyas artísticas. La capilla de San Roque, cuya portada, con elementos románicos y decoración gótica, procede de la demolida iglesia parroquial de San Pedro, que también se hallaba a pie del Camino. A su lado tenemos un cruceiro del siglo XIV, según Castelao el más antiguo de Galicia. En el interior de la iglesia existen tres relevantes sepulcros del siglo XV. En pleno centro de la zona antigua, en la praza do Convento, nos topamos con el Convento del Sancti Spiritus de la Orden Tercera de San Francisco, fundado en el siglo S.XIV, con cabecera gótica de planta rectangular cubierta con bóveda estrellada, pinturas murales de siglo XVI en el testero, tapadas por el retablo barroco tallado en el año 1690 por Francisco de Castro Canseco, uno de los mejores escultores gallegos del siglo XVIII, que vivió en Melide. El retablo presenta una clara disposición franciscana: San Francisco, Santo Domingo y la Inmaculada Concepción, esta última imagen, policromada y dorada, del siglo XVIII, se atribuye al taller compostelano de Gambino-Ferreiro. En la iglesia-monasterio también nos encontamos con interesantes tumbas del siglo XV: sepultura de Alfonso Vázquez de Insua, quien fuera señor del pazo de Vilar de Ferreiros, con lauda con caballero yacente, armadura y espada, siguiendo una tipología típica del siglo XV, lauda de Tareixa Rodríguez, mujer de Alfonso Vázquez de Insua, con decoraciones típicas de la época, y dos cenotafios "in memoriam" de Inés de Castro y Leonor de Mendoza. Del convento, hoy iglesia parroquial, también podemos destacar la capela do Santo Cristo, del siglo XIV. En la misma plaza se halla la capilla barroca y el pazo de la Obra Pía de San Antón, que fundó el arzobispo de origen melidense D. Mateo Segade Bugueiro, dedicada a la enseñanza y que tuvo actividad durante muchos años. La portada de la capilla fue diseñada por Domingo de Andrade, el mejor arquitecto gallego de su tiempo y los escudos son obra de su taller compostelano. En el interior de la capilla hay dos sepulcros del siglo XVII, uno de D. Mateo Segade Bugueiro y otro de D. Antón Varela de Segade, los dos con estatua orante. Saliendo de la plaza y a escasos metros de ésta, se encuentra el Antigo Hospital de Peregrinos, fundado por Fernán López y Aldara González en el año 1375. El actual edificio, datado del año 1502, como se lee en la inscripción de la fachada, que conserva escudos de armas del conde de Monterrei, quien lo mandó construir, don Sancho de Ulloa y Castro, fue rehabilitado en el 2000 para sede del Museo Terra de Melide, de visita inexcusable para el viajero.
Siguiendo el Camino, a las afueras de la villa, al borde mismo del Camino de Santiago, que la orilla por el lado sur, está la iglesia de Santa María de Melide, una de las joyas del románico galaico, levantada en el siglo XII. Conserva su altar de piedra románico y pinturas murales en el ábside del siglo XV. Una pieza románica de la iglesia de gran interés es su reja de hierro, del siglo XIII. El arco triunfal de Santa María de Melide estaba cerrado por una reja de hierro medieval de la que se conserva una parte en la iglesia cerrando una capilla, la otra parte de la reja se halla en la iglesia parroquial de la villa.
Para rematar este recorrido por el Camino de Santiago, ya en los límites con el Concello de Arzúa, nos encontramos con la iglesia de Vitiriz, del siglo XIV, de estilo gótico, aunque persisten en ella antiguas concepciones románicas, sobretodo de tipo ornamental. De la iglesia podemos destacar su hermoso rosetón.
Fuera del Camino, pero dentro del Concello de Melide, están las iglesias románicas de San Xoán de Golán, a unos 12 km de la capital municipal, de una sola nave y ábside rectangular, y la de San Martiño de Moldes, a unos 4 km.
El Camino de Oviedo o Primitivo también pasa por uno de los ayuntamientos de la comarca: Sobrado. De visita obligatoria en este ayuntamiento, que está a unos 10 minutos de Melide capital, es su monasterio, de las primeras fundaciones del cister, realizada por los monjes de S. Bernardo en el año 1142. De esa época queda la sala capitular. El monasterio sufrió varias reformas, fundamentalmente entre los siglos XVII y XVIII, con la intervención de destacados maestros como los arquitectos Juan de Herrera y Pedro de Monteagudo. |